martes, 7 de diciembre de 2010

Y que nunca se me olvide el brillo de tus ojos, que nunca se me olvide tu tacto y tu sabor, que nunca sea capaz de olvidarme de tus palabras, de tu risa. Que jamás se me olvide tu poca simpatia con los desonocidos, ni tu cariño con las personas que quieres. Que nunca se me olvide lo mucho que te quiero.

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