martes, 8 de marzo de 2011

Una historia que fue contada por un soldado que pudo regresar a casa después de haber peleado en la guerra de Vietnam.

Le habló a sus padres desde San Francisco. "Mamá, Papá. Voy de regreso a casa, pero les tengo que pedir un favor, traigo a un amigo que me gustaría que se quedara con nosotros."

Claro -le contestaron-, Nos encantaría conocerlo.

Hay algo que deben de saber, -el hijo siguió diciendo-, El fue herido en la guerra. Piso en una mina de tierra y perdió un brazo y una pierna, él no tiene a donde ir, y quiero que venga a vivir con nosotros a casa.

Siento mucho el escuchar eso, hijo. A lo mejor podemos encontrar un lugar en donde él se pueda quedar.

No, yo quiero que él viva con nosotros...

Hijo -le dijo el padre- Tú no sabes lo que estas pidiendo. Alguien que esta tan limitado físicamente puede ser un gran peso para nosotros. Nosotros tenemos nuestras propias vidas, y no podemos dejar que algo como esto interfiera con ello.
Yo pienso que tú deberías de regresar a casa y olvidarte de esta persona. El encontrará una manera en la que pueda vivir sólo.

En ese momento el hijo colgó la bocina del teléfono.
Los padres ya no volvieron a escuchar de él.
Unos cuantos días después; los padres recibieron una llamada telefónica de la policia de San Francisco.

Su hijo había muerto después de que se había caído de un edificio, fue lo que les dijeron.
La policia creía que era un suicidio.
Los padres destrozados de la noticia volaron a San Francisco y fueron llevados a la morgue de la ciudad a que identificaran a su hijo.
Ellos lo reconocieron, para su horror ellos descubrieron algo que no sabían.
Su hijo tan sólo tenía un brazo y una pierna.
Los padres de esta historia son como muchos de nosotros.

Encontramos muy fácil el amar a esas personas que son hermosas por fuera o que son entretenidas, pero no nos gusta la gente que nos hace sentir alguna inconveniencia o que nos hace sentir incómodos.
Preferimos estar alejados de personas que no son muy saludables, hermosas o inteligentes como lo somos nosotros.
Afortunadamente, hay una persona que no nos trata de esa manera.
Alguien que nos ama con un gran amor, que siempre nos recibirá en su familia, no importa que tan destrozados estemos, física o mentalmente.
Esta noche, antes de que te metas en la cama para dormir, reza una oración a Dios para que el te dé la fuerza para que puedas aceptar a la gente, tal y como es, y para que nos ayude a ser más comprensivos de esas personas que son diferentes a nosotros.
Existe un milagro que se llama -amistad- en el corazón.
Tú no sabes como pasa, ni como ha empezado, pero tú sabes la ayuda especial que tiene y te das cuenta que la amistad es el regalo más preciado que tenemos.
Los amigos son una joya muy rara, en toda la extensión de la palabra.
Ellos nos hacen sonreír y nos apoyan para que nosotros progresemos.
Ellos nos prestan un oído, comparten una palabra de sabiduría, y ellos siempre van a abrir su corazón para nosotros.
Enséñales a tus amigos lo mucho que ellos te importan...
Solo acuérdate de tus amigos y con uno al que le hables para saber como está, será un gran avance, siempre habrá alguien para quien nuestra voz sea un gran apoyo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario