jueves, 30 de octubre de 2014

Algunos momentos en los que comienzas a auto-analizarte notas que has pasado por una serie de cambios en tu manera de pensar, e incluso, de actuar.
Antes, cuando de relaciones se trataba, yo tenía que estar -a juro- comprometida con esa persona a la que quería. Si lo nuestro no tenía un nombre, yo no era feliz. Tenía que ser todo completamente formal y oficial para "estar tranquila" ya que supongo que eso me daba certeza de que ese alguien verdaderamente me quería.
Pero ahora, las cosas han cambiado tanto... Y soy yo la que no quiere una relación, y no quiere comprometerse con nadie. He notado que últimamente más bien ando huyendo de todo eso. Y no precisamente porque no quiera una relación, porque, ¿quién no quiere a alguien con quién compartir y ser feliz? Sino porque me siento incapaz, de tener una relación favorecedora, es una mezcla de mucho miedo, un miedo irracional a sufrir, a volver a salir herida, a cometer más errores, y experiencias negativas.

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